Los seres humanos están entre las razas más jóvenes de todo Azeroth, en cambio, también son la raza más poblada. Con una esperanza de vida más corta que las del resto de razas, los seres humanos se esfuerzan para llenar su imperio de altas construcciones, explorar zonas nuevas y estudiar magia. Este carácter agresivo y curiosos lleva a las naciones humanas a convertirse en activos e influyentes seres del mundo.
Tal fue el caso antes de la invasión original de los Orcos a través del Portal Oscuro. Los reinos humanos han sufrido mucho en las tres guerras contra los Orcos y las hordas demoníacas. Muchos, muchos seres humanos cayeron en la Tercera Guerra, dejando tras de sí a los maltratados supervivientes de la todavía erguida Expedición de la Alianza encabezada por la hechicera Jaina Proudmoore. Este grupo se estableció en el continente salvaje de Kalimdor.
Los seres humanos que viven en los Reinos del Este no fueron tan afortunados. Lordaeron fue diezmado, convirtiéndose en un páramo, ahora poco más que un campo de batalla para los Trolls del bosque, la Plaga, los Renegados, Ogros y otras criaturas. Los pocos humanos que permanecen en Lodaeron estan cansados y asustados por las constantes luchas que tienen que mantener para seguir con vida y conservar sus pequeños asentamientos libres de la maldad que les rodea. Los de Ventormenta, los primeros en sentir la ira de los Orcos, es la nación humana más poderosa. No obstante, no es segura del todo, pues sus enemigos avanzan a su alrededor.
Los seres humanos honran el valor, el honor y la valentía, aunque como todas las razas también persiguen el poder y la riqueza. Los seres humanos han pasado generaciones luchando contra las fuerzas oscuras y han perdido algunos de sus más grandes reinos por ello. Esta amarga pérdida para los seres humanos, quiénes tienen una visión guerrera de la diplomacia - atacar primero, preguntar después. Ayudados por su fe en la Luaz Sagrada, los seres humanos han luchado contra los seres más duros y ha sufrido la mayor parte del daño durante las guerras contra la Horda y la Legión Ardiente.
A pesar de todas sus tragedias, los humanos siguen siendo fuertes y valientes - profundamente comprometidos en la construcción de sociedades fuertes, refuerzo de sus reinos y en la recuperación de sus naciones. Años de guerra han templado a los seres humanos, y son más duros y decididos que nunca.
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